E L M A R D E L A S A L T U R A S
Literaria 2 de ALMUD EDICIONES, 2021
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Las palabras con las que se escribe, decía Blanchot, son aquellas que nos encierran en su exigencia circular, que nos obligan, a partir de lo que queremos encontrar, a no buscar sino el punto de partida, un punto al que sólo nos aproximamos alejándonos, pero que autorizan también esta esperanza: la de asir, la de hacer surgir el término donde se anuncia lo interminable. La historia de esta génesis, como la del pensamiento, se pone en marcha a través del lenguaje, cuando una suerte de poética rodea al instante exacto en el que la idea despliega sus argumentos infinitos; es así como la condición humana se significa. En la transformación de este proceso, los versos son una celebración, un ensayo que apela a la conciencia en ese espacio inédito -¡y abierto!- entre conocimiento y razón. Dos partes, en este libro, EL MAR DE LAS ALTURAS, nos hablan de ello: La Tabla de la Lengua con sus referencias filosóficas y un poema final que recrea el origen del planeta, la organización del universo y la creación del hombre, del imponente texto babilónico Enûma Elish (se incluye).
SUBE EL TIEMPO AQUÍ
En las orillas de los minerales
golpea el pensamiento.
Es una ley extraña.
En lo fronterizo que viene
la escritura que se hace.
El secreto escribe su posesión.
Un hombre escala palabras
para todos los que lloran.
Por la Ítaca invisible que nunca fue,
me enfrento a lo extinguido.
En las flores del atajo, mi apuesta definitiva.
Sube el tiempo aquí.
by Emmanuel Rodriguez / Art Director / 3D Animator
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E N Û M A E L I S H
(Orden y Caos)
«Cuando en lo alto el cielo aún no había sido nombrado
y abajo la tierra firme tampoco
Tiamat* la generatriz de todo
imponía sus aguas»
I
Cuando en lo alto…
Entre volcanes y fosas
revolotean palabras y crepitan los instintos.
El mirto como un icono.
La estima, en cuyos secretos
se reconoce:
-¡Mi piel está en la espuma del presente!
Por su frente coronada, vaga la historia;
altiva, rasgada, resistente.
La noche serena, vacía de blancura.
El agua implorando a la creencia.
Rastros de labios abiertos.
Siguen cayendo los nombres.
En la batalla sin luz,
partículas de sentimientos.
II
Ella ocupa el punto de su centro
Ráfagas de emoción mueven la eternidad
del tiempo en el poema.
Los números hacen posible
tan delicada idea.
La música, capaz de sentir
su poder.
Lo que no se dice
también es un vínculo.
Transciende así una alegría antigua:
-¡Llevo en la mano, un ópalo encendido!
Sumer… Las ruinas, transparentes.
En el umbral, un brillo rojo.
La locura de dios gravita y se resiste.
La locura de dios
y el espejismo.
III
Tu palabra será suma
Diatriba entre dolor y sometimiento.
Círculos de la voluntad dispersa:
-¡Acumulo sobre mí una montaña!
Sobre la altura los vientos
modelando torbellinos.
Acto primero: Leyes no escritas.
Ciudades nuevas. Lenguas extrañas.
Sutil lo abyecto.
IV
Habla de nuevo y la imagen estará toda
Afines tempestades
siguen la ruta de un mar en ascenso.
Delimitaciones y conjuros,
encajes de los destinos.
Y un banquete de los dioses
en la patria del encuentro:
-¡Yo también busco el secreto sobre el tiempo y su medida!
Un modelo, un afán, una teoría.
Fronteras, bordes, singularidades…
Recursos del movimiento.
Iniciales exornan los sellos de 7 coronas
en siete ciudades.
V
Cuyos actos, de igual manera
La voluntad recrea su fondo desordenado
de preceptos.
Hay un querer sin retorno en la condición del agua
y un mensaje inicial que formula su imagen.
Convergen allí todas las creencias
en una epifanía eterna.
También existen mares de rumores
y verdades a la sombra
indiferentes:
-¡Intuyo, actúo, me esfuerzo!
Con lo que sé, las palabras me invitan a salir…
Es quizá un viaje estoico.
La razón viene al encuentro.
Inmóvil, la mariposa.
Aparece la pregunta:
¿Y el ensueño del entendimiento?
VI
Inescrutable su corazón, generosas sus entrañas
La materia vencía
sobre los razonamientos.
Fecundada, irreverente, Tiamat*
pasó de diosa al sentir, con su círculo de ánimo:
-¡Quiero un verso que me rapte del agua y la parte oscura!
Junto a la voz que censura
se abrió un halo luminoso
recusando a la victoria.
Allí se encontraba activa;
contundente en su elemento.
Rodeada de misterio,
en su condición procura
darle algún giro a la historia.
Sobre la arena dorada,
aún llora en la noche pura.
VII
…definió sus límites
Babeles, Palacios Celestes, cosmogonías…
Lugares remotos de aquel desierto inclemente.
Fue un tiempo de simulacros hostiles,
de bifurcación de lo ausente.
En la belleza innata de las cosas,
una ambición de silencio.
En la calma del adviento,
los sarcasmos:
-¡Mi dolor para transformar su modo en la aventura del agua!
En la soberanía del gozo,
los intercambios.
En la onda diminuta,
el significado último.
Así la voz no fabula.
Y en la apertura del ser,
toda la historia del mundo.
La intimidad que lo nombra.
(*) Tiamat, su nombre deriva del acadio y significa mar; principio cósmico; elemento primordial femenino
E N Û M A E L I S H Poema babilónico sobre el origen del planeta, la organización del universo y la creación del hombre. Fue encontrado en fragmentos que componen 7 tablillas de arcilla escritas en lengua acadia y escritura cuneiforme en las ruinas de la Biblioteca de Asurbanipal en Nínive datado hacia el año 1.200 a.C. Canto de cosmogonía mitológica de notable influencia en las teofanías de Occidente. Teorías psicoanalíticas lo sitúan, en su acepción literal, como la derrota del matriarcado para instaurar, por el imperio natural de la palabra y la razón, un poder absoluto que derive de la violencia de los dioses a la creación de la civilización humana, que arrastró, igualmente, otras violencias; tesis que se ajusta más al estudio de una antropología social en las sociedades primitivas. Junto al Poema de Gilgamesh y el Atra Hasis, imponentes textos del mismo origen, constituye la expresión poética más antigua que se contrapone a los ecos de las narraciones de los relatos bíblicos. La antigüedad clásica asimiló estos mitos fundacionales hasta convertirlos en principios de razonamiento filosófico-literario cuyo significado y relevancia permanecen como herencia cultural hasta nuestros días pues la respuesta humana, ante la estética relacional de lo simbólico, sigue siendo la misma, aunque el sentido del hombre moderno y el inventario del mundo hoy sea otro. m.m.
Enûma Elish British Museum (fragmento)
Reseña de Antonio Lázaro: Su poesía avanza inexorable, firme, imperturbable, como un buque rompe-hielos. ¿Hacia dónde la encaminan estos versos tan oscuros como luminosos? Ella ha seguido reelaborando las premisas del estructuralismo ¿poesía filosófica, pues, intelectualismo puro y duro? No, sensualidad también y mucha vida vivida y por vivir: Cuanto existe, coexiste en apariencia… No hay luz que aprenda de la noche… En un mundo de desorden avanzado el poema es la ruptura en su dimensión osada… ¿Qué somos? Vivir nos pertenece… Alzo la copa de la ternura y bebo su don… ¿Cómo no aceptar brindis tan hermoso? Poesía transformadora donde podemos recobrar esa alegría antigua que abre la brecha del futuro mediante el poema, pues nos queda todavía la palabra para romper el oxímoron entre el humanismo y lo digital y para tratar de rehumanizar Matix, una parte al menos. Vuelven las rosas, nos desarman para siempre. Poesía resiste. Mayo 2021.-
Texto de presentación Fundación Antonio Pérez de Cuenca*
Libro de belleza sutil y envolvente, pleno de elegancia, en el que lo aparentemente hermético se torna llave intuitiva de conocimiento en gracia a una poesía radical, sin concesiones, donde lo filosófico se decanta en lo poético, una concepción que bien clara late en los poemas que conforman la primera parte, La Tabla de la Lengua. En su proceso, en su background, el pensamiento de Platón, Barthes, Derrida o la deconstructivista Julia Kristeva se dan la mano con el decir lírico de Goethe, Hölderlin o Adonis vertebrando una Poética que vuelve a estar sustentada en esa fecunda alianza, siempre presente en la escritura de María Muñoz, de poesía y filosofía; y así, El Mar de las Alturas, valga como prueba de lo dicho, pues ya se acoge desde su inicio a sendas citas de Nietzsche y de la lingüista, filósofa y psicoanalista belga Luce Irigaray para, de inmediato, darnos testimonio de cómo la autora vive como creadora dejándose llevar por la seducción del lenguaje como fórmula de felicidad y donde, mediante los versos y en el fluir del tiempo, a sí propio se busca y, paradójicamente, se pierde para encontrarse: La poética del habla y su carga metáfisica asaltan el proceso. Cuando el proceso es el pensamiento y la verdad su íntima justicia. José Ángel García (extracto) Junio 2021.-
*Ciclo: «La poesía en tiempo de desasosiego»
